ROBLE AMERICANO

Quercus Alba

una madera REPRESENTANTE DE la esencia de la elegancia americana

Secado al aire libre sobre 24 meses
Grano Fino
Tala de árboles maduros, desde los 90 años
Certificado FSC
Certificado PEFC

TN Coopers se aprovisiona de esta madera sólo con proveedores certificados desde las prestigiosas zonas de Missouri y Pennsylvania.

La mayor transferencia de oxígeno y una liberación más rápida de aromas ayuda a que los vinos pierdan su astringencia y dureza más pronto.

El trabajo cuidadoso de TN Coopers en la selección de la madera, junto con una meticulosa preparación de las duelas durante el proceso de secado y tostado, logran conseguir productos que potencian tus vinos y destilados.

*Ofrecemos roble americano de otros bosques bajo pedido. Consulte nuestra disponibilidad.

cherry

ORÍGENES

Pennsylvania: Elegancia y Complejidad

El roble de Pennsylvania es valorado por sus taninos suaves y sus ricos sabores completos. La estructura de grano apretado, resultado de inviernos fríos y veranos suaves, es clave para suavizar la influencia de los taninos, ofreciendo vinos con sabores profundos de mocha, chocolate y frutas oscuras maduras como la mora, cereza negra y casis.

El proceso de secado natural por más de 24 meses en nuestro parque de maderas, elimina taninos fuertes, haciendo el roble aún más elegante para la crianza de vinos. Además, este roble puede aportar características ligeramente ahumadas y de tabaco, añadiendo una capa extra de complejidad a los vinos envejecidos.

Missouri – Kentucky: Robustez y Diversidad

Las regiones de Missouri y Kentucky, conocidas por su historia en la industria del bourbon, proporcionan un entorno ideal para el crecimiento del roble americano. La combinación de suelos fértiles y una temporada de crecimiento más larga, produce un roble con una estructura de grano apretado y taninos más robustos. Esto facilita un mayor intercambio de oxígeno durante el envejecimiento, permitiendo una evolución compleja y equilibrada de vinos y destilados.

Los sabores aportados por este origen son variados, desde notas de vainilla y especias hasta sabores ahumados y de tocino, pasando por frutas maduras como ciruela y frambuesa. Esta diversidad organoléptica permite a los productores crear vinos con una estructura robusta y un final largo y elegante.